Antes de que las doradas
estatuas de los pináculos de la
catedral de Milán se perdieran en
el cielo azul, los picos y crestas de
los Alpes, cubiertos de nieve y
coronados de nubes, dominaban
majestuosos nuestro camino
De todas las delicias de
ensueño, deslizarse en
góndola por los canales y la
laguna de Venecia es la más
inolvidable
estatuas de los pináculos de la
catedral de Milán se perdieran en
el cielo azul, los picos y crestas de
los Alpes, cubiertos de nieve y
coronados de nubes, dominaban
majestuosos nuestro camino
Charles Dickens
De todas las delicias de
ensueño, deslizarse en
góndola por los canales y la
laguna de Venecia es la más
inolvidable
George Eliot
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