En ocasiones me siento así, como si tuviera que iniciar una lucha contra el mundo. Una cruzada llena de ideales y sueños. Pero en realidad tampoco hay razón para luchar.
Cuando estoy con resaca me da por ponerme reflexiva y pensar, y pensar, y pensar, y pensar. ¡Y nunca llego a ninguna parte!. Bueno, en realidad si que llego a conclusiones, aunque son un poco extrañas.
Hoy es uno de esos días en los que te miras al espejo y no sabes muy bien lo que ves. Y solo una cosa me da lo que necesito en este momento. Sí, eso mismo. Eso que crea la ficción de que no estamos solos.
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