viernes, 26 de marzo de 2010

Playing drums

Hoy ha sido una larga tarde de ensayo. Al principio de la tarde, la partitura sonaba de pena, pero cuando nos hemos ido, ya era la hostia. Y es que la batería se ha convertido en uno de mis mayores tesoros, uno de esos amuletos que contribuyen a tu felicidad. Cuando toco; si estoy contenta, me pongo más contenta todavía; si estoy rabiosa, me desahogo; y si estoy triste, me animo.
Hay gente que disfruta pintando, otros escribiendo, otros haciendo deporte, otros bailando; y yo disfruto con la música y tocando. Es un cable a tierra y una conexión (o desconexión) a la realidad. Porque al fin y al cabo, ¿de qué tenemos que lamentarnos?, yo creo que de nada. Los problemas son sólo eso, problemas; y además tienen solución. Los malos días son sólo eso, malos días; que terminan pasando dando lugar a otros mejores. Cristo ya murió una vez por nuestros pecados, ¡olvidémonos de ellos!. Todos debemos de cuidar mucho ese tipo de "amuletos", esas cosas nuestras que nos dan un respiro, nos ayudan, relajan y alegran; porque la vida pasa rápido, el mundo gira muy deprisa; y el poco tiempo que nos queda nos lo pasamos quejándonos y lamentándonos. Y yo me pregunto, ¿vale la pena lamentarse?. Mi respuesta es no.

I know I was born and I know I'll die...the in between is mine
Eddie Vedder.

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